La cintura es uno de los lugares más sugerentes donde podemos encontrar un tatuaje. Si bien es cierto que es una zona muy feminizada, por el amplio peso que tiene la moda y los cánones de belleza en las sociedades actuales, también los hombres pueden lucir tatuajes en la cintura que resultan bastante tentadores.
La cintura es, por definición, la parte más estrecha del cuerpo humano, por encima de las caderas, es ese 60 entre los dos 90 de las medidas perfectas del cuerpo de una mujer. Se dice que alguien tiene cintura de avispa cuando su cintura cuando está reducida a la máxima expresión. Y hay muchas “celebrities” que complementan esa cintura de avispa con un tatuaje que les hacen sentirse aún más sexys.
En la cintura son habituales los tatuajes con estrellas, mariposas, flores, frutas, peces y hojas como elementos amables, también vemos revólveres, espadas y arcos que no son elementos tan amables pero igualmente insinuantes. El ombligo es quizás un elemento fetiche y nuclear de los tatuajes en la cintura, de él pueden partir dragones que rodeen la cintura, flores, plantas trepadores, tatuar el sol y como no, ya un clásico, combinar un tatuaje en la cintura con un piercing en el ombligo.
Otro clásico es la presencia de frases en los tatuajes, ya sea en el idioma materno o en uno extranjero, esas frases que han marcado nuestra vida, que significan algo para nosotros, o que simplemente, nos atraen. No es tan habitual encontrar tatuajes con motivos religiosos en la cintura, por los motivos ya tratados anteriormente. Esos tatuajes religiosos son más comunes en el pecho, cerca del corazón o en zonas menos provocativas que la cintura.
Los hombres que están en forma pueden jugar con la famosa “tableta” de chocolate, es decir, conseguir juegos visuales entre los abdominales y los tatuajes. No solo los abdominales pueden servir para estos efectos visuales, los oblicuos son unos músculos que se sitúan entre la pelvis y las costillas, junto a los abdominales, y que bien desarrollados y con un tatuaje puede resultar bastante impactante.
Muchos culturistas deciden no tatuarse esa zona del cuerpo pues al estar muy desarrollada muscularmente, hay jueces que consideran que la piel luce mejor limpia que dibujada y sigue existiendo esa leyenda de que los tatuajes son sinónimo de inconformismo o rebeldía en su sentido peyorativo.
¿Pero no todos somos culturistas, no? Y además, ¿por qué no les hacemos creer a esos jueces que una piel tatuada puede lucir tanto o incluso más que una piel sin tatuar?
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