El ancla es mucho más que un objeto que sirve para mantener a una embarcación fija pese a las corrientes. Su sola descripción ya invita a pensar en todo su simbolismo, siendo un ancla todas aquellas cosas que, de un modo u otro, nos mantienen atados a determinados hábitos, o incluso a la vida misma. Un ancla, algo que nos fortalece y nos mantiene firme frente a las tempestades que nos puedan asolar.
Partiendo de este bello significado, en el que espero que coincidan, no es de extrañar que sean muchas las personas que se animan a tatuarse un ancla. Aunque pueda parecer un elemento simple físicamente (sin tener en cuenta su simbolismo, queremos decir), lo cierto es que permite muchas opciones, teniendo en cuenta, como siempre, las posibles combinaciones.
El tatuaje de un ancla puede parecer simple aunque en ocasiones nos guste lo austero, pero también de su impresión en la piel puede derivarse un gran resultado si para el diseño le echamos imaginación. Y si las musas no te visitan, ¡no te preocupes! A falta de creatividad, nuestras ideas.
Cualquier tatuador podría ayudarte a elegir un bonito diseño basado en el dibujo de un ancla a través de su experiencia profesional, ya que hablamos de algo que se practica con asiduidad en los estudios. Una moda "perenne" que pudo comenzar con los propios marineros, aquellos que realmente conocen las funciones de un ancla. Cuán importante es contar con utensilios que puedan hacer frente a las tempestades marinas, ¿verdad?
Para ellos, más que un utensilio es un amuleto, y no es el único que tradicionalmente se ha utilizado para evitar posibles peligros que ahuyentasen un fatídico final. El ser humano, ya se sabe, tiende a creer en supersticiones ante situaciones de peligro, y se equipa a tal efecto. Cualquiera que haya visto una película de piratas, por ejemplo, ha oído algún que otro hecho que se considera malfario entre los miembros de la tripulación.
¿Y qué pasa si te aferras a un objeto al que le atribuyes cualidades frente a las adversidades? Que se dota de una confianza que solo tú puedes entender en su plenitud. Más allá del simple objeto, un ancla también podría simbolizar la confianza que se tiene en algún ser querido, como es el caso de un miembro de la familia o tu pareja. Es aquí, precisamente, donde entra el cariz romántico que tanto nos gusta contar, y es que el ancla es también un tatuaje muy elegido por las parejas.
Sus características permiten que pueda quedar bien tanto a gran tamaño como a pequeña escala. Un tatuaje de dimensiones reducidas en un solo color, disimulado en una parte del cuerpo que no se muestre con tanta asiduidad (como el talón) puede suponer un secreto entre los dos, un misterio de vuestros cuerpos que solo vosotros podáis entender. ¿No resulta tentador?
Desde luego, el ancla es todo icono. Por eso puedes verlo en logotipos y emblemas, por eso incluso pudiste verlo tatuado en el brazo de otro héroe de nuestra infancia, Popeye, quien además era marinero. Se utiliza desde tiempos remotos, por ejemplo, desde los primeros cristiano.
Su representación pretendía dar pistas de la religión que instruía la vida de aquel que lo dibujaba con disimulo, de forma icónica, en una época en la que el cristianismo estaba perseguido. Echar el ancla también puede tener una connotación de aferrarnos a un lugar determinado, a lo nuestro. Adquiere, en este sentido, un simbolismo parecido al de "echar raíces".
Y, visto su significado, veamos también alguna de las posibilidades, al margen de la que hemos comentado para las parejas. Es habitual acompañar el ancla con su correspondiente cuerda, elemento con el cual, como herramienta de barco, no tendría todo su valor. Una cuerda, pues, serpenteando entre la parte perpendicular y la ganchuda del ancla contrapone su sinuosidad a la rigidez del hierro, lo que deja un bonito resultado.
Pero también (imaginación al poder, como decimos) es habitual acompañar el ancla con otros elementos también relacionados con el mar, como el timón. Uno nos lleva donde queremos, el otro nos deja donde deseamos. También se puede combinar con la rosa de los vientos o con una brújula que guíe nuestro camino, que nos impida ir a la deriva. O sobrevolado por una estela de gaviotas y reposando sobre suaves olas marinas.
También, cómo no, permite ser dibujado junto a elementos con los que habitualmente no se le relaciona. Es el caso de las flores, tan mencionadas en estas páginas que ya entenderás que, para nosotros, es que vienen bien con todo. Un conjunto de coloridas flores rodeando un ancla podría simbolizar, por ejemplo, aquello bello que creció de algo en lo que depositamos toda nuestra confianza, que nos permitió aferrarnos a la vida.
Infinidad de posibilidades para un "simple" objeto, eso sí, con un resultado desbordante. ¡Pruébalo!
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