Si bien los piscianos son creativos e imaginativos, además de unos agradables compañeros, tienen una serie de rasgos en su personalidad que pueden ocasionarles problemas. Por lo general, son personas poco realistas, que viven en un mundo imaginario muy alejado del suelo. Cuando bajan al mundo y conectan con los demás, no lo hacen durante mucho tiempo, pues su mente tiene tendencia a divagar y perderse entre mil proyectos e ideas que fluyen rápidamente por su cabeza. Por eso, suelen destacar en distintas ramas del arte, pero no triunfarán en trabajos rutinarios. Su tendencia a soñar despiertos se lo impide.
Para que puedas comprender mejor a este signo, vamos a resumir aquí sus principales defectos.
1 – Somos soñadores hasta el extremo. Nos gusta vivir en nuestro mundo de cuento de hadas, donde todo es perfecto. Donde todo el mundo se ama incondicionalmente. Donde todos son felices y nadie está enfermo, desempleado o necesitado. Y de repente, nos estrellamos contra la cruda realidad.
2 – Es cierto, nos resulta difícil administrar nuestro dinero de una manera racional. No se trata de que no sepamos ahorrar y gastar solo cuando lo necesitamos, claro que sabemos. Pero cuando nos desestabilizamos emocionalmente, por la razón que sea, tendemos a equivocarnos. Es un hecho.
3 – Tenemos un corazón tan infinitamente abierto al amor, que a veces resulta perjudicial para nosotros, ya que nos cuesta trabajo averiguar donde está el límite entre “ayudar” y “sacrificarse innecesariamente”.
4 – También somos muy perceptivos. Nuestra empatía es absurdamente rápida y profunda, algo que solo entenderás si también eres Piscis. Pero el problema es que este don no nos ayuda demasiado cuando ignoramos al lobo interior que hay en otras personas y nos limitamos a ver la hermosa y pura oveja del exterior. Creemos que todos los errores del mundo tienen solución, pero esto no es así. Nos gustaría que fuese así, pero no lo es. En cierto modo, es bueno creerse lo que te cuentan, para meditar o tomarse la vida con calma. Pero nunca, nunca, en el contexto que estamos analizando.
5 – Podemos ser muy ignorantes. Cuando se nos ocurre una idea o tenemos alguna película en la cabeza, nos resulta muy difícil cambiar. Nos cuesta trabajo renunciar a lo que queremos. Pueden ofrecernos mil alternativas diferentes, pero si ya hemos trazado nuestra ruta, es muy poco probable que cambiemos de opinión. Muchas cosas pueden solucionarse con una simple conversación.
6 – Somos excesivamente ingenuos. Aunque sabemos que hay muchas personas malas, siempre vemos la parte positiva de todo el mundo. Y esto no siempre es bueno. A pesar de que somos muy maduros para muchas cosas, también somos muy infantiles para otras. Suele decirse que, como Piscis se encuentra al lado de Aries, esto simboliza un nuevo comienzo y que podemos oscilar entre la madurez de una persona mayor y el infantilismo de un bebé.
7 – Somos bipolares. Nos comportamos como una esponja, que absorbe las tristezas y decepciones de la vida. A veces tenemos arrebatos. Unas veces nos comportamos como agresores y otros como víctimas. Unas veces somos activos y otras mostramos pasividad frente a los acontecimientos de la vida.
8 – Somos un desastre con los horarios. Si hay una fiesta a las 20:00, es fácil que lleguemos a las 20:07.
9 – Somos camaleónicos. Al pertenecer al elemento Agua, somos muy adaptables y podemos relacionarnos con cualquier tipo de persona. Podemos ser maestros y podemos ser alumnos. No somos falsos y nos resulta sencillo encajar en cualquier cultura. En mundos diferentes al nuestro. Desgraciadamente, a veces no sabemos quiénes somos en realidad. Si el profesor intelectual o el alumno aprendiz.
10 – Somos pésimos con las rutinas. Por ejemplo, si tenemos una tarea que realizar todos los días entre 15:00 y 17:00, de lunes a sábado, nunca logramos hacerla correctamente todos los días.
11 – No somos grandes emprendedores para levantar negocios o empresas, pues nos detienen los cálculos y las grandes responsabilidades.
12 – Amamos como ningún otro, de una manera absurdamente mágica. Pero cuando alguien nos decepciona, cuando nos rompen el corazón, aunque le perdonemos, jamás nos olvidaremos de este aspecto de su personalidad. Lo recordaremos toda la vida. Perdonamos con facilidad, pero nunca olvidamos absolutamente nada.
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