Las cosas más hermosas del mundo, en opinión de quien les escribe, son inmateriales: el amor, la amistad, la felicidad, las ganas de vivir... Pero de entre las cosas que se pueden ver, oler y tocar ¿hay algo más bonito que las flores? Es cuestión de gustos, está claro. A mí me dice más un colorido paisaje que me haga ser testigo de cuán bellas pueden ser las creaciones de la naturaleza que una ciudad. Reconozco, eso sí, que un edificio proporcionado estéticamente, perteneciente a una corriente artística determinada y que lleva en pie decenas y decenas de años también me deja con la boca abierta.
Pero no divaguemos, hablábamos de flores. De entre todas ellas, mi favorita es la rosa, por sus grandes y coloridos pétalos abriéndose desde el corazón. Pero hay flores igualmente hermosas, como el clavel, la margarita, la amapola... y el lirio, del que vamos a hablarte en el artículo de hoy.
La flor de lirio puede presentarse ante nuestros ojos en varios colores que vienen a decir cosas diferentes, según el color que escojas al regalarlos. Puede que sean blancos, y entonces la persona que reciba el ramo es de lo más afortunada, porque cuenta con tu amor; o azules, que hará que quede a la expectativa de buenas noticias; o malvas, que podría estar diciendo que intentas secudir a la otra persona; o incluso rojo, que es el color del ardor, del amor más pasional. Puede que quieras decirle algo a alguien que solo vosotros podáis entender. Podrías hacerlo, por ejemplo, llevándolo en la piel, con un lirio de algún color.
Por otra parte, la forma característica de la flor de lirio ha inspirado la forma de un símbolo de lo más conocido que es posible no te suene con el nombre, pero sí si lo ves: la flor de lis. Como ya te hemos explicado en otra ocasión en estas páginas, se datan los inicios del uso de la flor de lis hace más de 500 años, y durante todo este tiempo ha formado parte de los emblemas y símbolos de casas reales, como la Lancaster. El pionero en incorporarla fue Luis VII. Para los amantes de la historia y, más en concreto, de la historia que concierne a las viejas monarquías europeas, el tatuaje de la flor de lis es una buena opción. También si forma parte del escudo de tu familia, claro está.
Siempre nos quedamos en el colorido de las flores, como la de lirio. Pero si queremos reproducirlas correctamente (cosa a la que te invitamos), hemos de considerar que tienen muchas cosas más allá de los pétalos. La cubierta verde que se encuentra en el brote de la flor se llama sépalo. En su base se encuentra una glándula néctar que llama la atención de polinizadores como las abejas. Los estambres, por su parte, son los órganos masculinos y están rematados por las anteras (amarillas o de un marrón rojizo) que tienen el polen. El pistilo, el órgano reproductor femenino, sobresale entre los estambres, y conecta su extremo inferior con el ovario, que contiene las semillas y que encuentra justo debajo de los pétalos. Cuánto aprendes con nosotros/as, ¿verdad? Siempre hemos considerado que antes de hacerte un tatuaje que vas a llevar toda a vida, debes informarte bien.
Puedes tatuarte, como decíamos antes, la flor de lirio en todo su esplendoroso colorido, en contraste con e verde de hojas y talo. Es un tatuaje muy femenino y que queda genial en la espalda. O puedes tatuarte la flor de lis en alguna de sus versiones transformadas (imitando a hojas, con color, etc...).
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