El silencio expresa la ira, la frustración y el dolor de la pareja, y provoca heridas profundas en la relación.
El recurso del silencio es un arma que probablemente todas las parejas han utilizado al menos una vez. La decisión de no pronunciar ni una palabra expresa simultáneamente la ira, la frustración, el dolor, la manipulación, la resignación y la decepción. Sin embargo, también puede causar heridas profundas en la relación. ¿Cómo afrontas los momentos en que tu cónyuge utiliza esta herramienta?
1. No asumas que conoces la razón de su silencio
Las causas pueden ser complejas y variadas. Asumir que puedes averiguar lo que pasa por la cabeza y el corazón de tu cónyuge puede ser contraproducente. Si tu pareja no te explica las razones de su silencio, tus suposiciones pueden empeorar la situación, provocando aún más ira y silencio. Tu cónyuge te verá como alguien arrogante o excesivamente ingenuo.
2. Explícale a tu cónyuge tu necesidad de restablecer la comunicación
Parece una tontería, pero las interpretaciones erróneas de lo que quiere el otro son frecuentes en la pareja. Tu cónyuge puede pensar que el silencio aporta paz a la relación, pero se trata de una sensación falsa. No tengas miedo a parecer débil por el hecho de explicarle a tu cónyuge lo mucho que echas de menos la comunicación con él o ella.
3. Muéstrate dispuesto a escuchar y no solo a hablar
La comunicación es una vía de doble sentido. Si tu cónyuge siente que quieres que abandone su silencio solo para escucharte y responderte, preferirá mantenerse callado. Es importante que escuches lo que la otra persona tiene que decir y aprender a escuchar con calidad, sin interrupciones ni prejuicios.
4. No seas irónico cuando se restablezca la comunicación
Si tu cónyuge decide romper el silencio y hacer el esfuerzo de hablar contigo, sé amable y comprensivo. Las frases del tipo "¡Por fin!" y "¡Oh, ha aprendido a hablar de nuevo!" no te ayudarán y probablemente harán que tu pareja se arrepienta de haber abierto la boca.
5. Practica la regla de oro en tu forma de reaccionar
Trata al otro como te gustaría que te trataran a ti. La convivencia con una persona que te trata con silencios gélidos puede despertar muchas emociones negativas y dificultar la práctica de esta regla. Pero sigue mereciendo la pena, en parte porque quieres dejar claro lo importante que es para ti relacionarte con esa persona. Intenta ponerte en su lugar.
6. Prepárate para dejar tu dolor a un lado
Guardar rencor puede ser natural e incluso comprensible en determinadas situaciones. Pero también puede ser devastador. Prepárate para colocar una tirita en las heridas del pasado y empezar de cero, si quieres restablecer la comunicación con tu cónyuge.
7. Dale tiempo al tiempo y ten paciencia
Ser comprensivo con tu cónyuge implica en gran parte no ser insistente y darle el tiempo necesario para lidiar con el dolor que sientes, que está en la raíz de su silencio. Al mismo tiempo, es importante asegurar un tiempo de calidad juntos, para ambos, cuando la situación se relaja. Un tiempo sin las preocupaciones de los niños y el trabajo. Reserva momentos en tu agenda para pasarlos en compañía de tu pareja.
8. Tienes que estar dispuesto a perdonar, pero también a pedir perdón
El silencio puede provenir de una herida que no eres consciente de haber causado. Si es así, no te pongas a la defensiva. Reflexiona sobre ello y reconoce tus errores. Pedir perdón, de manera profunda y significativa, puede sanar muchas cosas en una relación. Otras veces, el silencio puede provenir de la culpa o la vergüenza que siente tu cónyuge. Si este es el caso, muéstrate abierto a perdonar. Admitir nuestros propios errores es una de las cosas que nos hace humanos, acoger a otra persona cuando se equivoca también lo es.
9. Abre los ojos al silencio pasivo-agresivo
El silencio puede ser una herramienta de manipulación muy poderosa en manos de un cónyuge pasivo-agresivo. Hace que todo sea más complicado. Intenta aprender más sobre este tipo de comportamiento para afrontar mejor este tipo de situaciones.
10. No te rindas
Si te sientes solo por el trato silencioso que te muestra tu cónyuge, no caigas en la autocomplacencia. Sé comprensivo y, cuando te sientas débil, sincérate con familiares y amigos que puedan ayudarte, pero no empeores tu problema de pareja.
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