10 preguntas que todo padre debería hacer a su futuro yerno

Manuel GarManuel G | 06 Julio 2022

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Has sido el primer hombre en la vida de tu hija. Conoces todas sus virtudes, todos sus talentos, y también sus debilidades y dificultades. Hasta hoy, la has cuidado y protegido en incontables situaciones. De repente, ha aparecido un joven que quiere vivir el resto de su vida al lado de tu hija. Es un momento de alegría, pero no puedes evitar sentir cierta preocupación. Quieres estar seguro de que será un buen hombre y de que cuidará y protegerá a tu pequeña.

A continuación, te ofrecemos las preguntas que deberías hacer al joven que quiere casarse con tu hija.

1. ¿Estás preparado para comprometerte de por vida?

Es importante saber si tu futuro yerno es consciente de que está eligiendo libremente casarse con tu hija y, sobre todo, si está dispuesto a asumir todas las consecuencias de esta decisión. Averigua si cree que el matrimonio es para toda la vida y asegúrate de que la palabra divorcio no esté en su vocabulario. Esto marca la diferencia en la responsabilidad con la que asumirá este compromiso. Haz preguntas del tipo: "¿Qué sueles hacer cuando las cosas se ponen difíciles?" o "¿A quién pedirías ayuda si tuvieras dificultades en tu matrimonio?".

2. ¿Qué ves en mi hija que hace que quieras casarte con ella?

Con esta pregunta descubrirás si se siente atraído por los rasgos de carácter de tu hija, como la integridad, la generosidad, la amabilidad y la lealtad, o por cosas más superficiales, como el aspecto físico, el gusto por la moda o la pasión compartida por un mismo equipo de fútbol. Es importante saber si realmente valora los rasgos de personalidad únicos de su hija, sus dones y talentos, sus pasiones, sueños y aspiraciones.

Comprueba, sobre todo, si sabe que su hija, por maravillosa que te parezca, no es perfecta. Debería tenerlo claro desde el principio. Comprueba si valora sus diferencias y averigua cómo se complementan sus puntos fuertes y débiles.

3. ¿Estás de acuerdo con los valores más importantes?

¿Qué es lo que más valora? ¿La honestidad? ¿El compromiso? ¿La generosidad? ¿El sacrificio? ¿Están tu hija y él de acuerdo en los aspectos fundamentales de la familia, como los hijos, los objetivos profesionales y demás? ¿Ambos quieren las mismas cosas de la vida? Pregúntale si han hablado de las pasiones, las esperanzas y los sueños de cada uno y de cómo cree que será el futuro. Es crucial que los dos se muevan en la misma dirección.

4. ¿Cómo piensas contribuir económicamente al matrimonio?

Para dar este importante paso hacia el matrimonio, la pareja debe disponer de los medios económicos necesarios para mantener a su nueva familia. Como primer protector de tu hija, debes analizar el escenario económico de la joven pareja. ¿Cuál es la situación laboral de tu futuro yerno? ¿Cuáles son sus objetivos profesionales? ¿Aportará deudas a la relación? Si es así, ¿qué planes tiene para solucionarlas? ¿Es independiente económicamente o planea serlo pronto?

Los recién casados deben ser económicamente independientes de sus padres. Si el marido y la mujer no pueden mantenerse económicamente o vivir en su propia casa, deberían cuestionar su preparación para el matrimonio.

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5. ¿Te casarías... contigo?

Seguramente tu yerno se espere esta pregunta. Pero a través de ella podrás descubrir su nivel de madurez. Evidentemente, no se trata de buscar la perfección. Probablemente es muy joven y aún tiene que madurar. Pero hay que ver si es consciente de sus puntos débiles y de las áreas en las que necesita invertir para evolucionar. Intenta comprender cómo ha afrontado lo peor de sí mismo. ¿Está creciendo y tratando de mejorar al enfrentarse a sus debilidades? ¿Cuáles son sus experiencias con la pornografía, el alcohol o cualquier otro tema delicado, con el que muchos de nosotros nos enfrentamos? ¿Sigue involucrado emocionalmente con un romance pasado? ¿Tiene hijos de una relación anterior?

Ayúdale a entender que no está ahí para que “apruebes” o “rechaces” su matrimonio. No has abierto esta conversación para descubrir sus errores del pasado. No vas a juzgarlo. Ayúdale a sentirse seguro para que se sincere y trate este tema de forma honesta y directa. Para ayudar a facilitar ese espacio seguro, comparte primero algunas de las luchas con las que te has enfrentado a su edad.

Sé respetuoso. Y una vez hayas creado ese espacio seguro, comienza con las preguntas difíciles: "¿Qué área de tu vida necesitas mejorar más?", "¿Cuáles son algunas de las formas en que frustras a mi hija?" "¿Cuáles son las razones de las peleas entre ambos?".

6. ¿Cómo te comunicas?

La comunicación es la savia de un matrimonio. ¿Cómo se comunican tu hija y su futuro esposo? Pregúntale de qué hablan. ¿Se centran sólo en las cosas más prácticas? ¿O hablan de cuestiones emocionales más profundas?

Comprueba si se compromete a ser abierto y sincero. ¿Hay temas prohibidos de los que no pueden hablar? Si no pueden hablar de ciertas cosas, como relaciones pasadas, luchas personales, finanzas, etc., esto puede llegar a convertirse en una "bandera roja".

7. ¿Cómo gestionan los conflictos?

Antes de casarnos, solemos imaginar el matrimonio como un cuento de hadas. Pero no es así. ¿Tú futuro yerno es consciente de ello? Y lo que es más importante, ¿cómo gestionan los conflictos en la pareja? ¿Es respetuoso y cariñoso con tu hija cuando no están de acuerdo? ¿Valora sus puntos de vista y sus emociones? ¿Son capaces de reconciliarse en un tiempo razonable después de una pelea? ¿Encuentran soluciones que son buenas para ambos?

No hay un buen matrimonio en el que uno gane y el otro pierda. Tienen que ganar juntos o perder juntos. Tu objetivo es entender mejor cómo funcionan tu hija y su futuro marido como equipo y animar a tu futuro yerno a tratar siempre a tu hija como un socio del mismo rango.

8. ¿Comparten la misma fe?

Mucha gente no le da importancia a esto, pero compartir creencias es fundamental en un matrimonio y tiene mucha influencia en la forma en que marido y mujer ejercen sus funciones en el hogar. Cuando una pareja no comparte la misma fe, es probable que se presenten problemas para vivir su espiritualidad en la vida cotidiana y, sobre todo, dificultades a la hora de educar a sus hijos.

9. ¿Habéis compartido experiencias juntos?

La experiencia es una clave importante para navegar por cualquier cosa que la vida te depare. Para ver realmente cómo funciona una pareja juntos, tienen que enfrentarse a diversas experiencias y desafíos, ya que esto es lo que permite a la pareja verse como individuos reales y aprender cómo afrontan juntos el estrés y las crisis.

¿Ha visto este chico a tu hija cuando está estresada? ¿Y ha estado con ella cuando sufre o se frustra? Estar juntos y enamorados en los momentos de alegría es fácil, pero ¿han vivido momentos de dificultad y sufrimiento? Eso es lo que demuestra el verdadero amor.

10. ¿Hay alguna "bandera roja" en la relación?

Pídele que te cuente la "historia de amor" desde su perspectiva. ¿Cómo se conocieron y se enamoraron? No es solo una oportunidad para que el futuro prometido de tu hija recuerde la historia. El objetivo es buscar los temas negativos que puedan surgir. Por ejemplo: ¿rompieron y se reconciliaron varias veces? ¿Hubo abusos o violencia? ¿Viven juntos? ¿Se casan solo porque "sienten que deben hacerlo"? ¿Intenta huir de sus padres? ¿Ocultan un embarazo? ¿Creen que el matrimonio resolverá los problemas que ya tienen?

Aunque una bandera roja no significa necesariamente que un matrimonio esté condenado antes de empezar, sí indica que ambas partes deben ser extremadamente cautelosas en el futuro. Anímale a iniciar un asesoramiento individual o de pareja antes de darle tu bendición.

Y recuerda: a pesar de los consejos, al final será tu hija (no tú) quien elija a su marido.

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