Estamos ante una unión que promete. A priori, ambos no tienen mucho en común, pero se dan una serie de circunstancias que puede hacer que de esta unión surja una historia de amor duradera.
Desde el primer momento, el Sr. Leo cae bajo el hechizo de esta mujer de tanta delicadeza, y dulzura. Le encanta su discreción, su belleza interior y su sutileza. Esta mujer no se parece en absoluto a las mujeres a las que él está acostumbrado a seducir, pero, aun así, él se siente irresistiblemente atraído.
La bella Virgo por su parte, pierde un poco la cabeza tan pronto como se da cuenta de que este hombre tiene un carisma increíble que pocas veces se ve. Se ve completamente aturdida por su energía y su desbordante sensualidad. La mujer Virgo pierde con placer todos sus reparos. Normalmente reservada y discreta, no tardará mucho en liberarse de sus pequeños bloqueos mentales que le hacen no ser ella misma en todas las situaciones. Con él, se atreve a más cosas, incluso en el terreno íntimo. Se plantea menos dudas existenciales, actúa más libremente, lo que es muy positivo para ella. Es lo que ella necesitaba.
El hombre Leo se beneficia del apego a la realidad de la mujer Virgo y de su forma de ver la vida. Ella le atempera, modera su ardor cuando va demasiado lejos, o demasiado rápido. La mente cartesiana de su pareja le permite salir airoso de las situaciones peligrosas en las que suele meterse. Ella lo hace volver a la Tierra, a la realidad.
A la hora del compromiso, el Leo es mucho más espontáneo y enérgico en la toma de decisiones. Por lo general, su pareja necesita mucho más tiempo para implicarse ya que no es mujer que haga las cosas a la ligera. En cambio, él es todo fuego y a veces hace las cosas sin pensar, algo que puede desestabilizarla un poco.
Como pareja, pueden encontrar algunas dificultades debido a que sus temperamentos son muy diferentes. Puede ser que la discreta Virgo a menudo se sienta relegada a un segundo plano por su pareja, pero es normal ya que el Leo necesita brillar y está constantemente buscando el reconocimiento de quienes le rodean. Con el tiempo, esto acabará perjudicando a la estabilidad de su pareja. A él le gustan los eventos sociales y la novedad mientras que ella prefiere la calidez y la seguridad de una vida más hogareña.
A ellos les corresponde saber cómo hacer de esta diferencia una línea de complementariedad en su relación. De lo contrario, corren el riesgo de malentendidos mutuos, distancias y ruptura.
Finalmente, y es importante señalar que al hombre Leo no le gustan las mujeres que tienen demasiada confianza en sí mismas, ya que siente que esto podría poner en peligro su propia imagen. Por lo tanto, le corresponde a ella saber gestionar su orgullo llevándole por el camino que quiere sin que él lo note demasiado. En el fondo, carece de confianza en sí mismo. Por eso, una mujer más bien discreta como la Virgo le tranquiliza, consiguiendo una armonía ideal.
De modo que para que la relación perdure, ella tendrá que confiar plenamente en su pareja, evitar criticarle (la Virgo es una criticona buena) y mostrarle toda su admiración siempre que pueda.
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