Es normal que una pareja que lleva unos años casada se dé cuenta de que su relación es diferente a la del principio. A menudo, las responsabilidades y exigencias se van acumulando a lo largo de los años, nos sentimos más cansados, caemos en la rutina y algunas personitas han empezado a compartir la casa con nosotros. Pero no hace falta ser un recién casado para estar verdaderamente enamorado. Consulte estos cinco consejos, que te permitirán mantener viva la pasión en el matrimonio:
1. Hacer contacto visual
Es muy común que todo el tiempo, cuando uno de los cónyuges se dirige al otro, éste siga haciendo lo que está haciendo: revisar el móvil, limpiar algo, trabajar en el ordenador, etc. Dejar de lado esas cosas cuando tu pareja intenta hablar contigo y mirarla a los ojos te ayuda a recordar por qué te has enamorado de esa persona. El contacto visual indica que esa persona es importante para ti y que la valoras lo suficiente como para prestarle toda tu atención.
2. Abrazo y beso
Cuando la pareja ni siquiera se besa al despedirse, debería saltar la alarma. Los abrazos no son únicamente para ocasiones especiales. Descubrirás que dar un buen abrazo a tu pareja al comienzo del día puede marcar la diferencia. Es un hecho científico que abrazar libera oxitocina, y esto nos aporta una sensación de confianza, afecto y cuidado. Y no te olvides de los besos. No vives en una pensión, no sois unos simples compañeros de piso.
3. Reír juntos
De acuerdo, la vida está llena de pequeños detalles molestos que a veces nos molestan. Pero las parejas felices bromean entre sí, y eso refuerza su relación. La risa también libera endorfinas y alivia el estrés. Te sientes más atraído por tu cónyuge. Ríete, haz bromas (sin ofender, por supuesto). Esto aligerará tu vida.
4. Dedicaros halagos
Nunca dejéis de daros las gracias por las cosas más sencillas. No te centres en lo negativo. Destaca las cosas buenas de tu pareja, los esfuerzos que cada uno hace, y verbaliza el amor que sentís el uno por el otro.
5. Perdonad de verdad
Las parejas enamoradas también cometen errores. Reconocer los propios límites y deslices nos ayuda a comprender también los errores de los demás y a perdonar. En el fondo, sabéis que no queréis haceros daño. Y perdonar significa hacerlo de verdad, sin guardar los errores del otro en ese pequeño archivo que tenemos en la cabeza, para poder sacarlos cuando llegue el momento de ganar una discusión. Estar en desacuerdo en todo, guardarse rencor y echarse en cara los errores del pasado solo hace que se forme una bola de nieve y que el romance entre vosotros se enfríe. Intentad perdonaros y pronto volveréis a sentir ese calor en vuestro corazón.
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