Tienen una serie de cualidades en común que hace satisfactoria y sencilla su unión, los dos son de trabajar incansables en lo que les apasiona. Los estilos que implementan varían cada uno, Capricornio, por ejemplo, razona todo lo que piensa y luego ejecuta.
Leo por su parte, actúa sin pensar, le gusta sorprenderse ante el inesperado destino que le depara, aunque siempre trata que el juego sea a su favor. Lo más valioso de esta amistad es que su ambición los llevará a planear muchísimos proyectos juntos, son un gran equipo de trabajo que funciona perfectamente.
El nacimiento de una amistad
La confianza aumenta cuando notan que tienen más en común de lo que esperaban, aunque a simple vista no lo parezca. Antes de llegar a ese punto, pasan por reconocer que Capricornio es rutinario, le gusta trabajar bajo los esquemas tradicionales y no correr grandes riesgos, por lo que pareciera tímido antes los ojos de Leo. El león en cambio, es más atrevido, aunque igual de enfocado en sus actividades, le gusta vivir en paz con lo cual perdona fácilmente y deja ir.
Es bien sabido de la ambición que estos comparten, aunque Leo se inclina por los excesos, en general no se trata de deseos con orientación negativa. Sus ganas de prosperar parten del hecho de que les gusta sentirse bien, cómodos y que tienen un estatus, por eso se caracterizan por trabajar duro.
Tienen la misma motivación bajo enfoques distintos, Leo es de grandes lujos y Capricornio de clásicos. Aman rodearse de personas con las mismas intenciones que ellos, que los inspiren a seguir hasta triunfar, por eso les va tan bien juntos y aprenden mutuamente.
Planetas y elementos
Capricornio es gobernado por el planeta Saturno, su visión es la del trabajo, la constancia y disciplina, es muy estricto en todo lo que lleva a cabo. Este además es del elemento tierra, por eso constantemente busca firmeza. Leo es dominado por el sol, es un ser radiante que fácilmente trasmite su luz a las demás personas, su energía se siente dónde llega, a pesar de que él prefiere siempre apostar por sí mismo. Pertenece al fuego, de ahí su búsqueda a fluir y mantenerse espontáneo.
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