Conocida popularmente como il tricolore, la bandera de la actual República Italiana fue asumida en el año 1946, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Desde el año 1948, cuando se establece finalmente como símbolo patrio oficial, el día nacional de la bandera de Italia se celebra el 7 de enero.
Se cree que su diseño siguió el modelo de la bandera francesa, pues fue el elegido por Napoleón para entregársela como estandarte a un cuerpo de legionarios lombardos en 1796, cuando se unieron a las fuerzas francesas. Sin embargo, fue en 1848 cuando il tricolore fue reconocida como insignia oficial por el rey Carlos Alberto de Saboya. Como era la tradición, la casa Saboya agregó su escudo real en la franja central con una corona sobre él.
Con la caída de la monarquía, después de la Segunda Guerra Mundial, se eliminaron el escudo y la corona. El diseño en franjas verticales y sus colores, verde, blanco y rojo, la asemejan a la bandera mexicana, de la que se distingue por las proporciones que tiene y por la ausencia del escudo presente en la franja central de la bandera azteca. Las proporciones de la bandera italiana siguen el patrón 2:3.
Presenta tres franjas verticales equivalentes, siendo la ubicada a la izquierda de color verde, la central de color blanco y la de la derecha de color rojo. Como en el caso de muchas otras banderas, existen distintas explicaciones para la selección de los colores. Una de las más aceptadas es su semejanza con la bandera francesa y el significado que sobre los derechos de igualdad y libertad defendieron durante la revolución. En el caso de la bandera italiana, estos dos derechos naturales del hombre estarían representados por el color verde.
Otras versiones apuntan a que los colores representan sentimientos, como la esperanza de una Italia unida y libre, representada por el verde; la fe, representada por el blanco; y el amor y la sangre derramada, representados por el rojo. Una última versión los relaciona con las riquezas del territorio: el verde, representando los campos y las llanuras lombardas; el blanco, en remembranza a las nieves de los Alpes; y el rojo representando la lava volcánica.
El uso de la bandera italiana está regido por el artículo 12 de su constitución. En él se señala que la bandera debe ondearse con la dignidad de representar al pueblo, izándola y arriándola con respeto. Además, debe permanecer ondeando desde que sale el sol hasta el ocaso, a menos que se requiera su arrío por mal tiempo. Con una iluminación adecuada, puede ser ondeada de noche. No puede mojarse ni tocar el suelo. En territorio italiano, debe ocupar la posición de honor a la izquierda, en vista de frente, con el resto de las banderas ubicadas a continuación siguiendo un orden alfabético, pero todas del mismo tamaño y a la misma altura. A modo de decoración, puede agregársele una franja dorada en todo el borde.
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