Hay gente que, realmente, se vuelve loca con los bichos. Es muy divertido ver los saltos de alguien que acaba de ver una cucaracha o un gusano, insectos que causan su repugnancia y a los que ven la necesidad de liquidar rápidamente. Ese tipo de gente sentiría sus tripas revueltas incluso viendo el tatuaje y no a un ejemplar real, así que sería un buen motivo para llevarlo en tu piel, puesto que podrías espantarlos si no te caen bien. En esto de aguja y tinta hay que pensar en todo, pero como puedes no caer en determinada cosas, para ello estamos nosotros/as aquí.
Bromas aparte, hemos de reconocer que no todos los insectos son tan horribles como la cucaracha, que tampoco es que disguste tanto a todo el mundo (aunque sí a gran parte de él). Los bichos también forman parte del ciclo de la vida, cumple su función en el mundo, aportan en el desarrollo de los seres vivos. Piensa, por ejemplo, en la abejas.
En países como los Estados Unidos existe una verdadera preocupación por el descenso de ejemplares, y tiene que ver, como nos recuerdan desde algunos grupos ecologistas como Greenpeace, con que su existencia es esencial para los ecosistemas. De la polinización que ellas llevan a cabo depende un alto porcentaje de los alimentos que consumimos a diario, por lo que es importante tomar conciencia del problema y exigir que sean retirados los insecticidas más dañinos.
Su color negro y amarillo tan peculiar también hace que sea uno de los insectos más solicitados para la piel. Entraría aquí, por tanto, una función estética más que reivindicativa. En este sentido, a la abeja le pasaría un poco igual que a la mariquita, de la que ya te hablamos en su momento, y que si por algo se la escoge es porque, además de dar buena suerte (o eso dicen) es muy bonita.
Existen otras tantas especies de insectos hermosos, los que no te causa repugnancia ver sino, más al contrario, una agradable sorpresa. Podría ocurrir, por ejemplo con la mariposa, muy escogida a la hora de pasar por el estudio. La vemos, de hecho, en su forma silueteada, tribal, en negro o con colores (nuestra opción favorita), acompañada, por ejemplo, de unas pocas flores y plantas qe dan aún más alegría al diseño. Los aztecas creían que los espíritus de sus guerreros se quedaban en las alas de las mariposas. Nada más que doscientas mil especies son las que se pueden encontrar en el mundo, así que imagínate la gran cantidad de posibilidades que puede llegar a ofrecer. Inabarcable en nuestra imaginación.
Un gusano que no te darían ganas de aplastar, a buen seguro, es la calcarifera ordinata. Bueno, más que un gusano, es algo similar a uno polilla, pero posee vivos colores como el azul, el rojo y el amarillo formando en su piel bonitas manchas abstractas. De la propia sobresalen curiosos pinchos que transmiten veneno, para que no dejes llevar por bonito de su aspecto. Ya sabes que no es oro todo lo que reluce... La puedes encontrar en el norte de Australia.
Recientemente descubierta fue una especie no menos hermosa de oruga que habita en Cancún, en México, y cuyo cuerpo tiene aspecto gelatinoso, puesto que es blando y transparente. Se trata de la acraga coa y se presenta en diferentes colores, como blanco y rojo o amarillo, rojo y negro. Verlo sobre una planta es todo un espectáculo.
Aparte de que hay algunos realmente bellos, tampoco es necesario que te dejes llevar por su supesta fealdad. Una mosca puede ser una mosca, pero si varías sus colores o su forma puede resultar un diseño muy diferente. ¡Anímate!
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