Si has tenido la suerte de no vivirlo, seguro que, al menos, has conocido la historia de alguien que ha sabido lo que es el fango. No nos referimos al fango en su sentido literal, sino a caer en desgracia, a perder todo lo que se tiene y se ama, a verte si nada de la noche a la mañana.
O puede no ser una historia tan dramática sino que, simplemente, recoge la necesidad de hacer un cambio, sea grande o pequeño, que nos ponga en la senda del éxito en alguna faeta de la vida, ya sean los negocios, la vida en pareja, etc. Seguro que has escuchado alguna vez la famosa frase "Renovarse o Morir". O la que nos viene aún mejor para lo que queremos hablarte hoy: "Resurgir de las cenizas... como el ave fénix".
El fénix es un animal mitológico muy significativo y admirado, puesto que tiene la capacidad de "morir" envuelto en llamas cuando cumple un ciclo de su vida... para renacer poco después de los restos que ha dejado tras las llamas. En nuestro imaginario es algo similar a lo que hace (y ésta sí que es real) la flor de loto, que ese capaz de surgir, hermosa y firme, desde el lodo, desde el panorama más desolador. Todos/as debemos aprender de ello: nunca todo está perdido, siempre hay algo a lo que agarrarse, por muy mal que pensemos que lo estamos pasando. Y como no se ha de olvidar, nada como un tatuaje para llevarlo siempre presente.
En cuanto a famosos ejemplares de fénix, seguro que se ha tenido a la cabeza Fawkes si eres seguidor de la saga Harry Potter. Es más que un ave, como nos muestra en su novela la genial J.K. Rowling. Es el amigo de Harry que se convierte en el mejor aliado de Harry en su enfrentamiento con Lord Voldemort en la Cámara de los Secretos, en el segundo libro (y segunda película) de la saga.
Es allí cuando le ayuda a derrotar al basilisco que, previamente, había sembrado en pánico entre los alumnos de Hogwarts. Sus lágrimas tienen la capacidad de curar las heridas y con las plumas de su cola fueron hechas, en parte, las varitas de los propios Harry Potter y Lord Voldemort, cuyos núcleos son gemelos. Su plumaje es de lo más hermoso... en la imaginación de quien lee el libro, porque en la película (es una opinión personal que espero me permitan) parece un pollo...
Si estás pensando hacerte el tatuaje de un fénix y buscas sugerencias, la nuestra es que la imprimas en tu piel en su máximo esplendor. Es decir, que se vean sus colores, con curvas sutiles que dibujen el fuego al que va asociado. Sería fundamental utilizar colores cálidos, como el rojo, el amarillo y el naranja, pero también toques de violeta y blanco para los ojos. Puedes tatuártelo también en negro pero, lógicamente, no tendrá el mismo resultado.
Sus grandes alas y sus larga cola, si se quieren tatuar en su majestuosidad, harán que el tatuaje tenga unas dimensiones medianas o pequeñas. Por eso, la espalda es un buen sitio para albergar a una de estas hermosas criaturas que, por supuesto, quedarán mejor con las alas desplegadas.
No te preocupes por el color o por el tamaño, son solo simples sugerencias. Si lo tuyo es algo más discreto, hay también resultados geniales con negro, por ejemplo, dándole una forma tribal. Para diferenciarlo de otras aves, se trata de incidir bien en los matices de la cola y en la silueta.
Sea cual sea el tuyo, ya sabes... Pasa por el estudio y... ¡resurge de tus cenizas!
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