Tatuarse mascotas viene siendo bastante frecuente, y aunque los perros ganan en popularidad a los gatos, al menos en lo referente a tatuajes, lo cierto es que hay muchísimos ejemplos de felinos que adornan la piel de personas que adoran a estos pequeños animales.
Si bien los gatos no son del agrado de todo el mundo, a quien le gustan siente verdadera pasión por ellos. Un gato puede convertirse en nuestro compañero en la vida al igual que puede serlo otra persona, y de hecho en muchos casos ocurre así. Hay quienes, en determinado punto de su vida, prefiere compartir sus días con un minino antes que hacerlo con otro ser humano.
Por eso no es extraño que encontremos muchos y muy distintos tatuajes de gatos. Las razones para tatuarse un gato pueden ser muy variadas, desde rendir homenaje a una mascota propia hasta por una simple cuestión estética que no tenga relación con ningún animal en concreto.
Las gatas, por ejemplo, suelen tatuarse con cierta frecuencia como símbolo de feminidad, por lo que no es extraño encontrar a multitud de chicas que adornan su piel con ellas.
También hay quien se tatúa un gato como representación del significado que éste animal tenía para antiguas culturas:
- Los celtas lo consideraban como el guardián del otro mundo.
- Los romanos lo asociaban a la bondad y la hospitalidad.
- En las culturas nórdicas se lo asocia a la fertilidad y es símbolo de buenos augurios para la familia.
- En Tailandia y el antíguo Egipto se les otorgaba la condición de animal sagrado, mientras que en otras ocasiones la figura del gato se ha relacionado con la capacidad de atraer buena o mala suerte.
Como puede comprobarse, los tatuajes de gatos pueden tener infinitos significados, y no menos son las distintas formas en las que se lo representa a través de esta manifestación artística en tinta.
Las representaciones realistas suelen darse en el caso de mascotas a las que se tiene un especial cariño, pero desde luego, este modo de representar a los gatos no es ni muchísimo menos mayoritario en el mundo del tatuaje.
Resultan mucho más frecuentes las representaciones simbólicas. En ocasiones, éstas se manifiestan mediante tatuajes que se vinculan al gato sin mostrarlo al completo (huellas de gato, ojos de gato, etc), y en otras, mediante figuras que representan a este animal por medio de dibujos de diferentes estilos.
Probablemente la figura del gato sea una de las más abiertas a interpretación que podemos hallar en el universo del tatuaje.
Mientras otros tipos de tattoos tienen un claro simbolismo que se asocia a una emoción concreta, la figura del gato puede dibujarse en tinta sobre la piel para expresar amor, ternura, ingenuidad, bondad o fortuna pero también para representar la mala suerte o la femineidad. Conceptos, todos ellos, que por lo general resultan muy alejados en su significado unos de otros, pero que tienen como punto en común la elección del felino como su símbolo representativo en los tatuajes.
Ya sea porque se les ha querido dar un significado concreto o por pretender llevar siempre con nosotros a estos compañeros a los que profesamos un especial cariño, los humanos se han tatuado gatos desde tiempo inmemorial. Esta costumbre es una muestra de la importancia que siempre ha tenido el felino en la vida de las personas, una importancia que continúa teniendo en la sociedad actual.
A fin de cuentas, el tatuaje es siempre una manifestación de las cosas que nos importan, y los gatos siguen siendo parte importante de la vida de las personas al igual que ya lo eran cientos de años atrás.
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