La fragancia de la flor del lirio es inconfundible y se deja notar sobre todo cuando cae la noche. La encontramos en una amplia goma de colores, como sucede con muchas otras flores y es habitual verla en lugares de climas templados del hemisferio norte. Hoy, sin embargo, no vamos a hablarte de una flor al uso como es el lirio, sino de un emblema que hace siglos se inspiró en él para ser creado. Se trata de la flor de lis, y es una forma de lo más conocida por lo mucho que ha sido utilizada en la heráldica, donde, junto con otros elementos como el león o la cruz, es de lo más habitual verla.
Se tiene constancia de los primeros uso de la flor de lis desde hace más de 500 años antes de Cristo, pero su uso se convirtió en oficial de la mano de la expansión de la Iglesia Católica. Prácticamente desde que se tiene constancia de ella ha aparecido en emblemas y símbolos de casas reales, lo que probablemente haya alimentado la leyenda del bautismo del rey Clodoveo I (lo que no vendría sino a dar fe del origen divino de su poder).
Fue Luis VII el primero que la uso para su escudo y apareció también en casas aristócratas como la Lancaster. Pero, además de en la heráldica, el uso del símbolo se ha generalizado en otros ámbitos como la alquimia, donde se le da un significado de perfección. O incluso es el emblema de un colegio de psicología colombiano.
Es, por tanto, un símbolo conocido y asociado, en parte, a la realeza, ideal para los amantes de los viejos "juegos de tronos" (que algunos países fueron determinantes para su historia) o para quienes, simplemente, la ven como un dibujo sencillo y bonito que podría quedar no menos bello en su piel. Si nos fijamos bien en su forma, el elemento central tiene forma de espada y sobresale sobre los demás, lo que da una sensación de supremacía, de valentía, de fortaleza. Se amplían, pues, sus posibilidades.
Como con todo, te invitamos a que no te quedes en el simple símbolo si estás pensando en tatuártelo. Puedes ir más allá, darle una vuelta de tuerca. En pequeñas dimensiones, en negro y tal cual es podría quedar en zonas del cuerpo quizás más reservada a lo pequeño, como la muñeca. Pero también puedes convertir su silueta rígida y darle de forma de hoja, incluso acompañarla con alguna flor que aparecería enroscada entre el símbolo. O incluso se podría dibujar solo se silueta, sin rellenarla por dentro. Si lo haces, podrías darle color, aunque el negro ya sería suficiente.
Sea como sea, la flor de loto es un símbolo que podría quedar genial en tu piel, aunque la mayoría de nosotros/as formemos parte de la plebe.
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