La llave simboliza un objeto relacionado con el cambio, ya que permite encontrar el otro lado, en el caso de puertas, cajas fuertes y todo lo que contiene una cerradura. De esta manera, la llave tiene un doble papel, es decir, de apertura y cierre, y por lo tanto simboliza el éxito, la liberación, la sabiduría, el conocimiento, la prosperidad y el misterio.
Cristianismo
En el cristianismo, la llave está asociada con el símbolo de San Pedro Apóstol, ya que él tenía las llaves de las puertas del paraíso, el Reino de los Cielos y por lo tanto el poder de abrir y cerrar, conectar o desconectar el cielo. Este símbolo también aparece en los escudos del Papa y del Vaticano, dos llaves cruzadas (oro y plata) que simbolizan la conexión entre el cielo y la tierra.
Mitología Romana
Janos, el Dios romano del principio y del fin, considerado el Guía de las Almas, guarda todas las puertas y gobierna los senderos; su emblema es la llave que lleva en su mano izquierda, que representa su doble aspecto (las salidas y las entradas). Así, Janos fue representado con dos caras para observar dos direcciones al mismo tiempo (cielo y tierra), además de visualizar el pasado y el futuro.
Mitología griega
Hécate, diosa griega de la religión y del inframundo, junto con Selene y Artemisa simbolizan a las diosas lunares griegas. Así, mientras Artemísia, diosa de la caza, simboliza la luna nueva fusionándose con Hécate y Selene, Selene representa la luna llena y Hécate simboliza el lado oscuro de la luna. Además, Hécate, guardián de la puerta, estaba representado con tres cabezas y las estatuas de la diosa, representadas con antorchas, un cuchillo sagrado y una llave (la llave de Hades), aparecían en muchas bifurcaciones, por lo que con el poder de ver en todas direcciones, ofrecía protección a los viajeros en los cruces.
Esoterismo
En el esoterismo, la clave está relacionada con el espíritu, ya que simboliza el acceso al grado iniciático, a la espiritualidad.
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