Cuando marido y mujer se desprecian mutuamente es señal de que, si no se interviene para ayudarles, la relación difícilmente sobrevivirá. La raíz de este problema puede empezar lentamente, con falta de diálogo y actitudes que hieren al otro, sin pedirle perdón.
Muchas parejas no se dan cuenta de que el desprecio está afectando a su matrimonio, porque les parece imposible tener este sentimiento tan duro hacia la persona que han elegido para compartir toda su vida. Pero párate un momento a pensar: ¿cuántas veces has corregido a tu pareja delante de los amigos, o has vuelto a hacer algunas tareas por él, simplemente porque creías que no era capaz de hacerlas, o incluso le has ignorado cuando necesitaba hablar?
Presta atención a las siguientes señales de advertencia y examina la forma en que has estado tratando a tu pareja:
1. ¿Interrumpes a menudo su discurso?
Lo ideal es que te detenga por unos momentos antes de hablar. Ambos deseáis ser escuchados. Sin embargo, a menudo no escuchamos a los demás para entender lo que piensan y sienten. Un hábito bastante malo es interrumpir a la otra persona en esos momentos en los que solo necesita ser escuchada. Cuando eso ocurre, demuestras claramente la poca importancia que das a la otra persona.
2. ¿Estás acostumbrado a corregir tus acciones?
Cuando no estás de acuerdo en algo con tu pareja, es fácil empezar a ver a la otra persona como un oponente al que hay que menospreciar. Si cada vez que tu pareja empieza a hablar de un determinado tema y tú le interrumpes, intentando explicarle las cosas o queriendo demostrarle que está equivocado, estarás diciendo claramente que esa persona es incapaz de ocuparse de sí misma.
3. Las críticas son constantes
En una relación es habitual que las partes no estén de acuerdo en algún momento. Y esto es saludable, porque les permite a ambos descubrir la mejor manera de conducir su vida juntos. Dar una crítica constructiva que ayude a tu pareja a superarse en una actividad, está bien. Pero criticar todo lo que hace, degradándola y mostrando desprecio por lo que quiere ser, es tóxico. Además, esta actitud demuestra que su relación no es un lugar seguro para ella.
4. Tratas a tu pareja como si fuera un niño en edad de aprender
Evita rehacer o terminar las tareas que tu pareja ha empezado. Puede no parecértelo, pero la otra persona se siente como si no la creyeras capaz de emprender una actividad sencilla. Si tienes que enseñarle algo, muéstrale suavemente cómo te gustaría que lo hicieran. No vayas por ahí mandando y mandando, como si tu pareja aún no hubiera aprendido a caminar. Es como si tú fueras el dueño de la razón y la otra persona fuera incapaz.
5. Es el objetivo de tus chistes malos
Bromas despectivas, que no te hacen reír, sino que resultan hirientes, demuestran que no te importa esa persona, que es parte cotidiana de tu vida. A la primera señal de que las supuestas bromas se han vuelto ofensivas, detente y habla con la otra persona, para saber dónde se encuentra el límite..
6. Muestras impaciencia en palabras y acciones
Tal vez no sea exactamente la palabra que usas para expresar un sentimiento, sino la forma en que lo dices. El tono de voz y el lenguaje corporal suelen decir más que las palabras sobre lo que piensas. Cuando muestras impaciencia a la hora de explicar algo a tu pareja o cuando gritas a la menor señal de problemas, estás demostrando que su opinión no importa dentro de la relación.
7. Los demás siempre son mejores que ella
Por supuesto, siempre intentamos fijarnos en las personas que han destacado en su profesión o en su círculo de amistades para mejorar nosotros mismos. Y no hay ningún problema con eso. Pero dentro de una relación, cuando empezamos a mostrar a nuestra pareja que admiramos a otra persona mucho más que a la que tenemos al lado, damos lugar al conflicto. Cuando alabas la belleza de una mujer en un tono que muestra deseo, tu pareja puede sentirse como si no la igualara, y cuando hablas con entusiasmo de los atributos de un compañero de trabajo, presentándolo como una referencia de hombre que tu marido nunca alcanzará, estás despreciando claramente a tu pareja.
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