¿Estás pensado en hacerte un tatuaje? Antes de tomar esta importante decisión en tu vida deberías considerar los posibles riesgos potenciales a los que puedes enfrentarte. Tatuarse implica más riesgos de los que puedes imaginar.
Los tatuajes siguen siendo muy populares y cada vez más gente se suma a esta moda. Los tatuajes en términos generales son seguros pero hay ciertas ocasiones en las que se producen situaciones peligrosas para las personas. Hoy he hablamos de todas ellas.
Antes de entrar en los riegos hay que decir que los dermatólogos siempre recomiendan que el proceso de tatuado se realice en salones preparados y acondiciones para ello ya que pueden surgir muchas complicaciones si los instrumentos no son esterilizados o usados correctamente. La higiene y limpieza es primordial en este caso. Con el mal uso de los instrumentos de tatuado se pueden transmitir enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis. También pueden surgir reacciones alérgicas.
Aparte del VIH y otras infecciones de transmisión sanguínea, hay cinco complicaciones o peligros que podrías sufrir trás hacerte un tatuaje.
1. Reacciones alérgica a la tinta
Esto mismo fue lo que le ocurrió a una española que decidió tatuarse un corazón en el tobillo para demostrar su amor por su hija. Todo fue bien hasta seis semanas después. Le salieron varios bultos en el lugar del tatuaje. Trás unas semanas más no podía ni siquiera ponerse los zapatos y tenía problemas a la hora de dormir sobre ese pie. Es cierto que es algo muy complicado y no ocurre casi nunca. Finalmente los médicos tuvieron que retirar quirúrgicamente el bulto y le quedó una cicatriz de unos 4-5 cm.
Los pigmentos usados en las tintas de los tatuajes como dicromato (verde), cobalto (azul), cadmio (amarillo) son los responsables de este tipo de reacciones alérgicas.
Cuando una sustancia extraña ingresa a la piel, puede causar una respuesta por parte del sistema inmunitario. Esta reacción puede ocurrir hasta después de varios años de hacertelo.
2. Un tatuaje puede ocultar un cáncer de piel
Ya han sido varios los casos de personas con lunares, que han terminado en cáncer de piel, y que no han sido estudiados con antelación porque no eran visibles. La tinta de los tatuajes puede esconder cambios en los lunares, dificultando su evaluación. Asegúrate de tatuarte en un lugar de la piel que no tenga lunares o marcas de nacimiento, o pide a tu dermatólogo que te ayude a la hora de elegir el lugar a tatuar.
3. Un tatuaje afecta la forma en cómo sudas
Las pieles tatuadas liberan aproximadamente un 50% menos de sudor. Algunos estudios han encontrado problemas de termorregulación en personas con grandes tatuajes en la espalda, brazos u otras áreas con muchas glándulas sudoríparas. Pero tranquilo, sólo son estudios y apenas hay concenso. No hay nada definitivo en esto.
4. Podría aumentar el riesgo de infecciones bacterianas
En algunos estudios se ha concluído que los tatuajes pueden ser un método de entrada para ciertas infecciones bacterianas. La piel tatuada puede permitir la entrada de bacterias al torrente sanguíneo. Pero tranquilo, no es nada común.
5. Complicaciones durante otros procedimientos médicos
Probablemente a la hora de tatuarte nadie piensa en la posibilidad futura de tener que hacerse una resonancia magnética pero numerosos estudios muestran que las tintas usadas en los tatuajes, exactamente las tintas metálicas pueden reaccionar a la radiación de las resonancias magnéticas. Ya son varios los casos en los que un paciente ha acabado con una reacción en su piel, con una sensación de ardor y con la piel hinchada. Además y lo más importante es que puede distorsionar la imagen y el resultado de la resonancia. Afortunadamente de nuevo, esta reacción es raro que ocurra.
Finalmente decir que en muchos casos sólo se trata de una reacción sin complicación que se puede presentar como un simple salpullido en el área del tatuaje o desarrollar episodios de fiebre no muy altas. Complicaciones más severas incluyen fiebre alta, escalofríos y sudoración. En estos últmos casos podría ser necesario tratar una infección con un tratamiento de antibióticos o someterse incluso a cirugía. En estos casos es aconsejable siempre la consulta a un médico especializado en la materia.
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