Hoy contestamos a cinco preguntas importantes que nos ayudarán en nuestro objetivo de interpretar correctamente los sueños para no cometer errores y evitar centrarnos en aquellas cosas con poca importancia. Allá vamos!
1. ¿Cuáles son los condiciones básicas para considerar un sueño?
Un sueño se considera completo cuando consta de: escenario, personajes, ambiente, condiciones e historia central.
La historia se divide a su vez en tres bloques reconocibles: planteamiento, trama y desenlace.
La primera parte de la historia muestra el asunto que va a tratar el sueño. ¿Algo alegre, misterioso, lóbrego? Luego, en la trama todo se define en torno a un hecho, que puede ser la necesidad de llegar a un barrio, de hacer un viaje, de cuidar unos niños, para lo cual se manifiestan impedimentos u otros condicionantes. Finalmente, el desenlace muestra cómo se superan los obstáculos, o bien se sucumbe a ellos, o hace despertar al soñante, dejándole sin la necesaria conclusión, como encomendando la tarea a la conciencia. Lo cierto es que estos desenlaces lo son en toda regla y muy eficaces para los fines del sueño.
2. ¿Es necesario interpretar los sueños?
Es muy conveniente. Aunque a veces la mente consigue espontáneamente extraer de los sueños lo más necesario para que todo soñante aproveche las indicaciones y las revelaciones que le traen. Ya comprobó Jung que la mente tiende por sí misma a aprovechar lo más importante de cuanto le presentan los sueños, aunque la conciencia misma no se percate de ello. Sin embargo, saber interpretar los sueños permite no sólo evitar el desperdicio de información, sino también llegar a tener un conocimiento más profundo de uno mismo.
3. ¿Hay sólo una forma válida de interpretar los sueños?
Para responder de manera breve, convendría hacerlo con otra pregunta: ¿hay sólo una forma válida de leer una carta? La respuesta es en principio afirmativa. No obstante, a veces la lectura se hace con un entendimiento ávido de complejidades, inclinado a encontrar segundas intenciones, lo que romperá sin duda la intención del mensaje, variando su alcance y su importancia.
4. ¿Cómo surgen los símbolos de los sueños, o de dónde vienen?
En relación con los símbolos o arquetipos, bueno será recordar lo que descubrió el máximo pilar del estudio de la mente, Jung. Este sabio afirmó que «No tienen origen conocido; y se producen en cualquier tiempo o en cualquier parte del mundo, aun cuando haya que rechazar la transmisión por descendencia directa o "fertilización cruzada" mediante migración»... Y para poner el dedo en lo sobrenatural, Jung especifica: «Si los arquetipos fuesen representaciones originadas en nuestra conciencia (o fuesen adquiridos conscientemente), es seguro que los entenderíamos y no nos desconcertaríamos ni nos asombraríamos cuando se presentan en nuestra conciencia. Desde luego determinan en nosotros una tendencia, tan marcada como el impulso de las aves a construir nidos, o el de las hormigas a formar colonias organizadas». Los símbolos son, pues, el misterio de la humanidad, y su medio de comunicación con el más allá. Joseph Campbell, el iluminado autor de Las máscaras de Dios, señaló que el mito cumple cuatro funciones:
- 1. Abrir el mundo a la dimensión del misterio que yace bajo todas las formas.
- 2. Conducir a una visión cosmogónica.
- 3. Aportar una guía para la comprensión de lo sociológico.
- 4. Enseñar a vivir bajo toda condición o circunstancia.
5. ¿Qué símbolos son los más importantes?
Todos tienen la importancia que les da el contexto del sueño. Ninguno la tiene por sí mismo. Un palacio pudiera no ser tan significativo como la hormiga que transita por el primer peldaño de su gran escalinata. Y ha de entenderse que el soñante, sea mujer, hombre, anciano o niño, es siempre el centro del sueño. Después de él y de cuanto él signifique, viene el valor de los símbolos, que pueden ser mayas, aztecas, europeos, chinos o africanos, pues todos conducirán a donde el ser profundo de quien sueña pretende llegar.
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