Como cada año, paso un tiempo revisando los folletos del “Viernes Negro” o "Black Friday" de tiendas cercanas, solo para ver qué tipo de cosas tendrán un descuento el día después. Solía mirar estos anuncios para encontrar buenos precios para mí o para regalar cosas a mis amigos y familiares, pero estos últimos días prefiero quedarme en mi casa el viernes negro porque al final gasto dinero en cosas que no necesito.
Mientras hojeaba estos descuentos de televisores de pantalla plana, teléfonos inteligentes y consolas de videojuegos, no pude evitar darme cuenta de lo innecesarios que son estos objetos. Realmente no necesito un gran televisor pantalla plana. No necesito un teléfono inteligente, ni un nuevo ordenador porque con el que tengo actualmente es más que suficiente para las tareas que realizo.
Solemos elevar el valor de algunas cosas y las establecemos como necesarias cuando en verdad no las necesitamos. Lo más interesante, es el precio increíblemente elevado de estas cosas que “necesitamos”.
Analicemos el punto de los teléfonos móviles por un momento. Entiendo que actualmente es indispensable tener un teléfono móvil por razones de emergencias. Pero para ello no necesitas más que un móvil económico con el cual puedas marcar al número de urgencias, este tipo de llamadas son gratuitas, no necesitas siquiera un plan para hacer esto. Cerca del 91% de los estadounidenses tiene un teléfono celular (Y probablemente este número aumentó mientras escribía este artículo).
Puedes usar el mismo argumento con el televisor. El único motivo por el cual necesitarías un televisor podrías satisfacerlo con un radio económico. Cerca del 97% de los estadounidenses tienen al menos un televisor en sus hogares.
Ahora, no te doy estos argumentos para que tires a la basura tu televisor y teléfono móvil, ese no es el punto. El punto es que casi todo lo que tiene precios altos es innecesario aunque si los consideras necesarios eso ya es cosa tuya y vete preparando para gastar una gran parte de tu salario en ellos.
Hay varias razones por las cuales deberías mantenerte a raya con tus gastos:
1. El 76% de los estadounidenses viven pagando deudas de sus compras. Esto significa que sus ingresos son inestables o que gastan más que lo que ganan. Al mismo tiempo, un tercio de los estadounidenses están arrastrando deudas mes a mes en sus tarjetas de crédito. Es decir que pagan esa diferencia entre ingresos y gastos con tarjetas de créditos y esta opción es la peor de todas. Si pides dinero a tus amigos raramente te incrementaran los intereses de ese dinero pero si lo haces a través de una tarjeta de crédito cada mes estarás pagando una media de 2% por tu dinero. Puede que a priori no signifique demasiado pero a lo largo del año hablamos de un 20-24% que tienes que pagar adicional por el dinero prestado.
Eso significa que cerca de el 25% de los estadounidenses tienen teléfonos móviles y uno o varios televisores encasa, pero viven la rutina del pago de intereses y las deudas con sus tarjetas de crédito.
No hay otras maneras de entenderlo, simplemente es una receta para el desastre, las personas en esa situación o situaciones similares tiene muchos deseos – Celulares y televisores- y los consideran tan necesarios como la comida, vestimenta o abrigo.
2. Elevar al punto de necesidad cualquier deseo crea una sensación de insatisfacción constante. Tu televisor y celular serán tus necesidades nunca satisfechas, también lo será la cuenta de suscripción por cable y/o tu cuenta de Netflix.
Mientras tengas todas estas cosas que necesitas, no sentirás que estás derrochando dinero, sin embargo, con cuenta del plan móvil, cuenta de suscripción a cable, cuenta de internet, continuos cambios de celulares, gastos en computadores y diversos televisores, entre otras cosas, gastarás fácilmente cientos de dólares al mes, en cosas que actualmente quieres, pero bajo tu punto de vista “Necesitas”, así nunca sentirás que estás despilfarrando el dinero.
3. Cuando destinas cientos de dólares por mes en varios gustos, será complicado tener dinero para alcanzar tus metas financieras, especialmente si tus ingresos son bajos. Digamos que pagas 100$ por tu cuenta de cable satelital, 100$ en tu cuenta de teléfono, 50$ en tu cuenta de internet y pagas alrededor de 500$ cada 5 años (Lo cual se traduce en 8$ por mes), cambias tu televisor de 500$ cada 5 años (12$ por mes) y cambias tu celular de 300$ cada 2 años (12$ por mes). Serían 270$ por mes gastados en gustos que la gente considera necesidades – Fácilmente el pago de cuotas mensuales de un auto o para pagar rápidamente deudas de tu tarjeta de crédito- y esto no incluye el pago de servicios que las personas suelen gastar, como Netflix o la suscripción en un gimnasio.
¿Qué significa todo esto? Las necesidades innecesarias nos alejan de nuestras metas financieras y nos mantienen ciegos sobre cuánto gastamos en nuestras vidas.
Aquí está la parte buena, la solución a este problema no pasa por darle tu televisor o celular a alguien más. La solución es… bueno, echemos un vistazo.
Primero, organiza un presupuesto inteligente y proporcional con tus gastos, como el propuesto por Elizabeth Warren en su magnífico libro “All Your Worth”, el sistema 50/30/20 es un sistema realmente efectivo – Básicamente significa que destinarás el 50% de tus gastos (después de impuestos) en necesidades, 30% en gustos y 20% en ahorros para el futuro.
¿Cuál es el valor en esto? Bueno, muchas personas confunden sus gustos con “necesidades” y se organizan en un 80/20/0, porque el 80% de sus ingresos son desviados a sus “necesidades”, incluso algunos de ellos tiene estas supuestas necesidades con un costo mayor al calculado en este artículo.
Siéntate y analiza tus gastos promedios y típicos de un mes, chequea tus cuentas y qué gastas en ellas. Al finalizar, te darás cuenta que la mayoría de cuentas son necesidades innecesarias, como la suscripción del cable o el plan costoso de internet y teléfono móvil, eso sin contar los otros gustos que tomas como necesidades, como las cuentas de Starbucks, comida rápida y ropa nueva, trata de acomodar todos estos gastos en tu 30% recomendado para gustos.
Si eres como el promedio, no estarás ni cerca del 30% y te darás cuenta que gastas al menos la mitad del dinero mensual en gustos.
El punto es que, tan pronto como realices esa lista, te darás cuenta de la cantidad absurda de dinero que gastas en gustos. Habrá una cantidad de dinero significativa que no recuerdas cómo gastaste, habrán también montos que recuerdas pero que en su momento no consideraste importantes.
Todos esos gastos son los que necesitas recortar para alcanzar la meta del 30%, los mejores recortes que puedes hacer son aquellos que no tienen importancia, así que no te darás cuenta cuando los hagas.
En nuestra casa, hacemos algo similar a esto. Nos sentamos y y averiguamos el presupuesto completo de nuestra familia y lo ajustamos a un modelo un poco más estricto que el mencionado anteriormente, algo parecido a un 30/25/45 (30% en necesidades, 25% en gustos y 45% ahorrando para el futuro) Con un 25% Sarah y yo terminamos el mes. Yo no veo televisión tanta televisión como lo hace Sarah, por lo tanto ella paga la cuenta de la suscripción de cable por su cuenta. Pagamos la cuenta del celular y la cuenta de Netflix. Con el dinero que queda, nos organizamos para comer dos veces al mes en la calle como familia (nos dividimos esa cuenta) y guardamos una parte para vacaciones, con el resto del dinero, hacemos una especie de alianza para gastarlo en lo que queramos.
Ese acuerdo es el que me permite gastar en mis gustos, suelo usarlo en pasatiempos y en viajes a convenciones, o cualquier asunto que se me presente.
Otra gran técnica es realizar depósitos automáticos cada semana, mediante transferencias esto permitirá que protejas tus ingresos diarios.
Lo que hace esto es garantizar que estás guardando dinero para el futuro, mientras restringimos la cantidad de dinero que queremos gastar en cualquier cosa. Es una especie de relación ganar – ganar, donde gastas menos en lo que quieres para tener más dinero en el futuro, y al mismo tiempo estarás guardando tu dinero de manera segura sin ningún tipo de esfuerzo.
Estas son herramientas que usamos para asegurarnos que las necesidades innecesarias no causen daños a tu presupuesto. Estos pasos te evitarán gastar en gustos sin que creas que te estás privando de cosas importantes, lo que buscamos en este artículo es demostrarte que sobrevaloramos algunas cosas y no entendemos el valor de lo que ya tenemos en nuestras vidas.
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