La reunión Tauro-Tauro destaca por su romanticismo y sensualidad. Fieles y sinceros en el amor, tienen todo en su mano para conseguir vivir una historia de amor cálida y sin muchos sobresaltos.
Desde las primeras miradas, la sensualidad se convierte en el protagonista de esta relación. El hombre y la mujer Tauro se dan cuenta que tienen muchos puntos en común y que su unión puede ser positiva y beneficiosa para ambos.
Estos dos seres tienen las mismas aspiraciones y la misma concepción de la vida en común. Ambos anhelan vivir una gran historia de amor, donde puedan sentir la seguridad y estabilidad suficiente como para crear una familia.
La pareja, a menudo, vivirá en un marco de familia bastante tradicional, donde el hombre Tauro invierta su tiempo en la búsqueda del éxito profesional mientras que su compañera está más interesada en la familia y prefiere invertir su tiempo en la educación de los hijos. Ambos con los pies en el suelo, le dan mucha importancia al aspecto material de las cosas y pronto pondrán en el centro de su vida a la familia, dejando a un lado sus intereses individuales.
Es por esto, entre otras cosas, que no tendrán una vida social demasiado agitada y rica. Prefieren vivir con más comodidad y seguridad, centrados en lo importante, pasar tiempo con sus hijos. Aun así, esto no quiere decir que no vayan a disfrutar de sus amistades, sino que lo harán siempre y cuando no interfieran con su vida familiar.
Primero lo familia. No anteponen las amistades y sus placeres a la educación de sus hijos.
Esta pareja tiene un punto muy positivo y es que, si alguna vez quieren trabajar juntos, pueden hacerlo perfectamente ya que ambos tienen una buena comunicación y les gusta perseguir objetivos y enfrentar retos un poco más difíciles. Tomarán riesgos, pero siempre sin poner en peligro el futuro económico de sus hijos. También saben apoyarse el uno en el otro en los momentos de desaliento, lo que casi nuca los llevará a estancarse en conflictos estériles. Perseverantes y decididos, generalmente logran sus fines, especialmente si se asocian.
El único elemento que podría tambalear este hermoso equilibrio es la tendencia común a veces a atrincherarse cada uno en sus posiciones, sin pararse a pensar en los argumentos que aporta el otro miembro de la pareja. En caso de discordia, ambos se refugian en un silencio estéril durante un tiempo. Depende de ellos aprender a hacer concesiones, a pararse y pensar en cómo encontrar una solución que deje contentos a los dos. Necesitan desarrollar un poco de diplomacia para no acabar dejando sin arreglar ciertos problemas y rencores que podrían hacerse más grandes con el paso del tiempo.
Si consiguen arreglar este pequeño conflicto, habrán ganado mucho. Unas simples concesiones más, serán suficientes para poder exprimir esta relación al máximo. Merece la pena.
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