Un encuentro arriesgado pero que puede funcionar muy bien si cada uno pone de su parte. Lo complicado es que a veces tienen un temperamento tan diferente que lo hace imposible.
Desde los primeros contactos entre ambos, el hombre Cáncer queda prendado de esta mujer tan dinámica y tan llena de ilusiones y proyectos, que viene a agitar su monótona vida cotidiana. La mujer Aries apreciará la dulzura y amabilidad del Cáncer. Este hombre le aporta tranquilidad, por su forma de ser, y sobre todo por los valores a los que está profundamente apegado.
La mujer Aries siente que puede contar y confiar en casi todo con este hombre tan atento y tierno, sobre todo en cosas del amor. Él es fiel por naturaleza. Además, está segura que será un padre excelente, siempre comprometido a asegurar que sus hijos tengan todo lo necesario y sean felices. Encontrará a su lado la estabilidad y la serenidad que necesita para seguir realizando mil y un proyectos. Será su remanso de paz, su dulce refugio en la adversidad.
Con el paso del tiempo, llegará un momento en el que el hombre Cáncer se sienta un poco confundido con esta mujer tan viva y escurridiza, siempre centrada en hacer cosas y más cosas. Podría llegar a cansarse de ella porque ve que tiene problemas para seguirla en todas sus aventuras. Es como si viera que es incapaz de satisfacerla y no le gusta nada esto.
Sin embargo, el dinamismo y la energía de la mujer Aries le permiten al hombre Cáncer, un poco pasivo, salir de su caparazón, superarse a sí mismo. Y debe darse cuenta de lo bueno que es eso. Él, que es un poco susceptible, tendrá que trabajar mentalmente para evitar entrar en discusiones tontas cada vez que ella le reproche o haga un comentario sobre su pasividad.
Estos dos seres tan diferentes tendrán que hacer esfuerzos para que su relación se prolongue más allá de los primeros meses. De hecho, la ansiedad del Cáncer y el optimismo infalible del Aries chocarán muy rápidamente. Además, la mujer Aries tendrá que aprender a ser un poco más paciente con este hombre, algo que le cuesta mucho y no está realmente en su naturaleza. Si ella evita cansarse y pone empeño para cambiar esta situación, la relación puede verse muy beneficiada.
A pesar de estas discrepancias, si ambos hacen concesiones y ponen de su parte a diario, su sensibilidad común, su voluntad de vivir una vida de familia y la confianza que tienen en el otro, les garantizarán un futuro feliz.
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